Era 10 de julio de 1997, y saltaban las alarmas en el País Vasco cuando un concejal del PP no llegaba a una cita de trabajo tras haber salido de comer de casa de sus padres.
A las 17:30 la emisora Egin Irratia llamó a la sede del PP de Bilbao y comunicó haber recibido una llamada en nombre de ETA, en la que se decía que se había secuestrado Miguel Ángel Blanco, a la vez que daban un ultimátum de 48 horas en el que si no se producía un acercamiento de los presos etarras, Blanco sería asesinado.
latribunadetoledo.es (13/07/2023)
Ver artículo completo »