El documental de Hernández Cava y Alcázar retrata el ensañamiento de la banda terrorista con este colectivo.
El 17 de mayo de 1985, cuatro individuos se subieron al taxi de Juan José Uriarte. A la altura de la localidad vizcaína de Bermeo, los tres hombres y una mujer que se revelaron como miembros de la banda terrorista ETA pusieron de rodillas al taxista y le asestaron un tiro en la parte izquierda de la nunca. Cuando Uriarte todavía se encontraba con vida, en el suelo, le volvieron a disparar hasta en tres ocasiones hasta que ya no se movió más. Minutos después, una llamada a la Asociación de Ayuda en Carretera en Bilbao dejaba registrada la frialdad de los verdugos: «Hemos dejado tieso a un chivato», se puede leer en la transcripción oficial de los hechos.