El relato del terrorismo en las aulas, muy reciente o inexistente en la mayor parte del país, salvo en Euskadi, está cambiando la mirada de los jóvenes: pasan de ver una realidad lejana y en blanco y negro a sentir empatía por las víctimas, conocer el contexto y, al final, salir de su estupor: «¿Esto pasó?».
El próximo día 21 se cumple una década del anuncio de ETA del “cese definitivo” de la violencia terrorista, un momento en el que la mayoría de los chicos que se sientan hoy en los pupitres de 4º de Educación Secundaria y Bachillerato tenían una corta edad y carecen de la vivencia directa de esa etapa de nuestra historia.
Un catedrático que imparte clases en un instituto de Alcorcón (Madrid); una víctima del terrorismo -Cristina Cuesta, cuyo padre fue asesinado en 1982-; la directora de Derechos Humanos, Víctimas y Diversidad del Gobierno Vasco, Monika Hernando, y el historiador y responsable de Educación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Raúl López Romo, explican a EFE cómo es esta enseñanza.