Premiados: Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con mención especial a los miembros del Ejército que han sufrido la violencia terrorista.
El Patronato de la Fundación Miguel Ángel Blanco ha decidido otorgar el IX Premio a la Convivencia Miguel Ángel Blanco 2006 a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con mención especial a los miembros del Ejército que han sufrido la violencia terrorista. El acto de entrega se realizará en Logroño, el próximo 12 de julio y el anfitrión del mismo será el Presidente de la Comunidad de La Rioja, Pedro Sanz. El acto contará con la más alta representación de la Policía Nacional y de la Guardia Civil y con numerosas víctimas de estos grupos profesionales. Este año, por primera vez se entregará como premio una obra escultórica realizada por el creador Agustín Ibarrola.
Acta de concesión
El terrorismo ha matado en España a 1.277 personas. ETA y grupos afines a 857. 407 ciudadanos pertenecían a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado: 1 mosso d’ esquadra, 15 ertzainas, 26 policías municipales, 160 policías nacionales y 205 guardias civiles. No podemos olvidar a los 104 militares asesinados, profesionales de la seguridad que constitucionalmente no pertenecen a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado pero han dado también la vida por defender la seguridad y la libertad de todos los españoles. La fría estadística nos dice que estos grupos laborales han sido los más victimizados y también nos desvela la gran ignorancia que tenemos de su particular vicisitud. Especialmente los guardias civiles, los policías nacionales y los miembros del Ejercito han constituido la víctima, propiciatoria para la muerte y el chantaje mafioso que ETA provocó contra el Estado Español desde sus inicios. La primera víctima mortal reconocida por ETA fue un guardia civil y las dos últimas dos policías nacionales. Estas personas, sin poder olvidarnos de los miles de heridos, amenazados y perseguidos, de ellos y sus familias, han sido durante décadas los chivos expiatorios de la causa ultranacionalista. Estas miles de personas que durante toda la historia del terrorismo han sufrido en primera línea la barbarie necesitan ser reconocidas y homenajeadas por la sociedad. Sin las medidas policiales, tan denostadas por algunos interesados en sacar rentabilidad al horror y sin los policías, no hubiéramos conseguido tantos éxitos en la derrota del terrorismo. Su sacrificio permanente y su profesionalidad son un haber fundamental en la historia de la democracia española.