VI PREMIO A LA CONVIVENCIA MIGUEL ÁNGEL BLANCO. AÑO 2003

Imagen del VI Premio a la Convivencia Miguel Ángel Blanco

Premiados: El párroco de Maruri, Jaime Larrínaga, y el presidente del Foro de Ermua, Vidal de Nicolás

Lectura en la entrega del VI Premio A la Convivencia Miguel Ángel Blanco

San Sebastián, 11 de Julio de 2003

Excelentísimas autoridades, queridos compañeros, amigos todos.

En nombre de la Fundación Pro-Derechos Humanos Miguel Ángel Blanco, en el de mi familia y en el mío propio quiero darles las gracias a todos ustedes por acompañarnos en este acto de entrega del VI Premio A la Convivencia.

Se cumplen seis años del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. Seis años de aquellos terribles e intensos días de Julio en los que la sociedad española reaccionó cívicamente en el intento de salvar la vida de un joven, militante de un partido político constitucionalista, que estaba siendo torturado por la organización criminal ETA. La rebelión popular que se generó en Ermua y en toda España tras el asesinato de mi hermano Miguel Ángel marcó un punto y aparte en la lucha por derrotar definitivamente al terrorismo que no podemos ni debemos olvidar, especialmente porque ETA sigue matando, intimidando, extorsionando y es responsabilidad de toda la sociedad española mantener viva la conciencia y el compromiso contra esta lacra.

Recordamos a todas las víctimas del terrorismo y volvemos a reafirmarnos en la defensa del Estado de Derecho y la Libertad para todos los ciudadanos sin distinción. ETA ha asesinado hasta la fecha a ochocientas sesenta personas, tras el asesinato de Miguel Ángel ha arrebatado la vida a sesenta personas y herido, extorsionado e intimidado a cientos de ciudadanos más. En este último año ETA ha asesinado a Silvia Martínez, Cecilio Gallego, Juan Carlos Beiro, Antonio Molina, Joseba Pagazaurtundua, Domingo Durán, Bonifacio Martín y Julián Embid. A todos estos ciudadanos víctimas de la barbarie terrorista queremos rendir homenaje y recuerdo permanente.

ETA se encuentra hoy más acorralada que nunca aunque su capacidad mortífera sigue en activo. Los éxitos policiales y los avances en la acción política contra el terrorismo, tanto a nivel nacional como internacional, son innegables y fuente de esperanza para la sociedad y en especial para las víctimas del terrorismo. La colaboración judicial en el ámbito europeo con la inclusión por parte de la Unión Europea de las organizaciones políticas de ETA en las listas de organizaciones terroristas y de sus cómplices, con la consecuencia práctica de la congelación de bienes y la aplicación de la orden de detención y entrega en todo el territorio de la Unión, es un logro del Estado de Derecho y de la colaboración internacional que nos acerca al fin definitivo de ETA.

En el ámbito estatal la aplicación de la Ley de Partidos ha conseguido que por fin la Democracia no permita a ETA perpetuar sus tentáculos en las instituciones y se acabe con la subvenciones económicas al terrorismo. Al igual que otras medidas políticas y judiciales que han aplicado el Estado de Derecho contra la barbarie esta Ley, lejos de crear la crispación y la revuelta anunciada por el nacionalismo, ha conseguido reforzar y profundizar un sistema de libertades que no puede amparar a los que sólo lo utilizan para sus fines y métodos criminales. La reciente creación de la Comisión de Vigilancia de Actividades de Financiación del Terrorismo es también una medida fundamental para asfixiar económicamente al entramado terrorista.

En este último año los actos de reconocimiento y homenaje a las víctimas del terrorismo se han multiplicado. Las últimas medidas de apoyo aprobadas, tanto en el Parlamento Vasco como en el Congreso de los Diputados, votadas por unanimidad, que atienden, no solamente las necesidades materiales sino también las reclamaciones morales largamente reivindicadas por las asociaciones y fundaciones de víctimas, abren un nuevo camino de atención y dignificación del papel que como parte directamente afectada corresponde a este colectivo.

El mantenimiento de los consensos básicos entre los principales partidos políticos en el marco del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo y una sociedad movilizada y vigilante cada vez más activa y concienciada nos revela que el final del largo túnel de complicidades, olvidos e impunidad respecto al terrorismo está cerca.

Ante esta situación de optimismo por la firmeza del Estado de Derecho, un año más, tenemos que denunciar la actuación del Gobierno Vasco y lamentar el espectáculo que está ofreciendo. El Parlamento Vasco presidido por el Sr. Atutxa, se encuentra en rebeldía ante uno de los pilares del Estado democrático: el Poder judicial, en un escalón más de desobediencia y deslealtad política a las instituciones comunes. Esta estrategia rupturista que se inició tras el asesinato de mi hermano Miguel Ángel y que nació del temor de que el nacionalismo pudiera verse arrastrado por la definitiva derrota de ETA, se ha constatado como una deriva antidemocrática de un nacionalismo decidido a excluir a los amenazados por ETA y que antepone su ideario soberanista a la defensa de la Libertad y la Seguridad de todos los ciudadanos. Esta alocada carrera hacia la nada divide a la sociedad vasca y se basa en la disolución de los pactos políticos básicos, Estatuto y Constitución. Lejos de integrar, proteger, y dar esperanza y tranquilidad a la ciudadanía divide, desampara y sume en una situación de incógnita e inestabilidad permanente a una sociedad ya demasiado dañada por las consecuencias del terrorismo.

La Fundación Pro-Derechos Humanos Miguel Ángel Blanco que tengo el honor de presidir se siente deudora de la revuelta social que se produjo por el asesinato de mi hermano y está empeñada en recordar la memoria de todas las víctimas del terrorismo y contribuir a que llegue el día en que el miedo, la intimación, la extorsión, el vandalismo y el asesinato no formen parte de nuestro paisaje cotidiano. La Fundación trabaja para crear una cultura de la tolerancia, basada en el respeto ideológico y la construcción de una convivencia democrática, donde el sectarismo, el fanatismo y la vulneración de los derechos humanos fundamentales- como el derecho a la vida- no tengan cabida. Las Fundaciones y las Asociaciones de víctimas del terrorismo somos la memoria viva de las atrocidades cometidas, el recuerdo permanente de los que ya no se pueden defender porque les arrebataron todo: la vida. El testimonio que pone cara y nombre a todos los crímenes terroristas pasados y presentes y que denuncia la injusticia absoluta de todos y cada uno de ellos.

La Fundación Miguel Ángel Blanco, un año más, quiere homenajear a las personas y colectivos que luchan día a día por conseguir la normalidad democrática y lograr la Libertad para miles de ciudadanos en el País Vasco. Los Patronos y la Presidenta de la Fundación Pro-Derechos humanos Miguel Ángel Blanco aquí reunidos queremos rendir homenaje de reconocimiento y admiración a las personas galardonadas con el VI Premio A la Convivencia Miguel Ángel Blanco.

Reunidos en Madrid los miembros del Patronato de la Fundación Doña Esperanza Aguirre, Doña Ana Crespo, Don José Federico de Carvajal, Don Gregorio Peces Barba, Don Daniel Múgica, Don Rubén Múgica, Don Fernando Savater y yo misma en calidad de Presidenta de la misma, deciden por unanimidad conceder el VI premio a la convivencia a Don Vidal de Nicolás y a Don Jaime Larrínaga por su entrega y compromiso personal y social a favor de los Derechos Humanos, la defensa de la Democracia y su solidaridad con las víctimas del terrorismo. Estos dos ciudadanos representan en su quehacer público y empeño cívico los valores que fundamentan el Estado de Derecho defendidos, incluso con riesgo de perder su propia vida. Su trabajo a favor de las víctimas del terrorismo y su denuncia permanente de este fenómeno criminal y todas sus complicidades les hacen acreedores de este galardón y es un honor para esta Fundación reconocer públicamente su esfuerzo y su contribución a la derrota del terrorismo.

Vidal de Nicolás es un luchador por las libertades en todo tiempo y lugar, en el Franquismo, en la clandestinidad del Partido Comunista, durante la dictadura y en el momento presente como Presidente del Foro Ermua. La Fundación Miguel Ángel Blanco quiere homenajear en este ciudadano su compromiso fiel a los valores democráticos, su espíritu crítico y su talante indoblegable ante cualquier forma de opresión. Vidal de Nicolás es uno de los baluartes del constitucionalismo en el País Vasco, crítico denunciante de cualquier apuesta política tribal que intente dividir a los vascos en vascos de primera y vascos de segunda alejándonos de la Europa civilizada y la unidad política que los vascos disfrutamos gracias al Estatuto de Autonomía. Ante el acoso totalitario de ETA y la infamia de sus cómplices necesarios, personas como Vidal de Nicolás hacen que no perdamos la esperanza respecto al fin de ETA, la deslegitimación política del terror y la convivencia en igualdad, libertad y dignidad para todos los vascos. Vidal de Nicolás, hombre lúcido y amable ha sido una de los ciudadanos que ha hecho posible que el llamado Espíritu de Ermua siga vivo y fortalecido día a día. Ha contribuido a la denuncia permanente de los enemigos de la sociedad abierta. Su vida es un testimonio de coraje democrático y rebeldía cívica ante cualquier tipo de dictadura. Vidal de Nicolás es una referencia contra la apatía, el silencio cómplice y la comodidad de los sumisos.

Jaime Larrínaga es un profesor y sacerdote vasco al que su valentía ha hurtado su seguridad. Jaime Larrínaga abandonó el silencio y ha elevado su voz para exigir Justicia con las víctimas del terrorismo defendiendo una sociedad plural alejada de dogmatismos ideológicos. Crítico con la Jerarquía de la Iglesia vasca en muchas ocasiones más pendiente y atenta de los terroristas que de las víctimas del terrorismo. Este ciudadano es una de las pocas excepciones que confirman la regla de desidia, distancia, frialdad de la Iglesia vasca hacia las víctimas, en muchas ocasiones condescendiente con los victimarios. Fue uno de los sacerdotes que empezó a hablar de Justicia y Verdad como pasos previos a ninguna otra medida contra el terrorismo. Ha exigido más y mejor atención con las víctimas y posicionamientos sin ambigüedades. Es una referencia social de humanidad y sensibilidad. Su deseo de Libertad y compromiso le llevaron a promover el Foro El Salvador a favor de los principios de la Democracia y Libertad para todos los ciudadanos, de apoyo a los afectados por el terrorismo y de denuncia permanente de las complicidades éticas y políticas con este fenómeno criminal que tanto ha desvirtuado la imagen de la propia Iglesia vasca. Jaime Larrínaga es uno de los tres sacerdotes que viven escoltados por amenazas de ETA. Inmerso en un contexto vital y social adverso a su militancia, este ciudadano religioso vasco ha defendido con su talante moral y con su actividad los valores de una Democracia no sectaria e integradora donde sólo las ideas de justificación del terror no tengan cabida y dónde todos los ciudadanos vascos puedan algún día convivir libremente.

Por todo lo anterior es un honor conceder el VI Premio a la Convivencia a Don Vidal de Nicolás y Don Jaime Larrínaga, un día de alegría y celebración que deseo compartir con todos ustedes. Muchas gracias.

Imagen del VI Premio a la Convivencia Miguel Ángel Blanco
Don Vidal de Nicolás y Don Jaime Larrínaga, junto a Dña. Marimar Blanco y sus padres

Imagen del VI Premio a la Convivencia Miguel Ángel Blanco
Los premiados fueron Don Vidal de Nicolás y Don Jaime Larrínaga